Highest crime rate in L.A.? No, just an LAPD map glitch: Errar es humano y los mapas lo son

Ya habíamos mencionado en un post anterior, la relevancia de la Neogeografía para visualizar un sinnúmero de elementos y procesos, pero también los peligros inherentes a los análisis parciales o erróneos en este ámbito. Navegando por The Map Room, encontramos un post que nos remite a un artículo publicado en Los Angeles Times y titulado Highest crime rate in L.A.? No, just an LAPD map glitch. El artículo se refiere a errores detectados en  la  georeferenciación de determinados delitos en la plataforma Los Angeles Police Department Crime Maps y que finalmente fueron vinculados a otras situaciones geográficas y no a aquellas donde realmente se produjeron. El error se debió a que el software de geocodificación no fue capaz de interpretar una dirección en particular, lo que finalmente tuvo como consecuencia la asignación de una dirección errónea.

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En el artículo también se mencionan otras plataformas como es el caso de Everyblock (que también utilizan datos de LAPD), sitio en el que es posible acceder a información georeferenciada de varias ciudades y barrios de los Estados Unidos de Norteamérica. Sobre las consecuencias de este tipo de errores, se mencionan los efectos que pueden tener sobre determinadas decisiones políticas que cada vez están más influenciadas (es el poder de visualización de los mapas).

Pero más allá de este tipo de errores (que además fue descubierto por el periódico) y que son generados por el funcionamiento erróneo de un sistema, nos encontramos frente a las mismas disquisiciones a las que se han  enfrentado históricamente aquellos que se han dedicado a la creación de mapas: los errores en la generación e interpretación de datos. Ahora el otro tema, ¿Qué sucede al trabajar con mapas que poseen datos falsos? Sobre este tema, podríamos escribir muchos posts, pero lo que si es cierto es que los mapas no pueden ser puestos en el pedestal de la veracidad y la credibilidad, ya que se trata de construcciones realizadas por personas (con objetivos y motivaciones diversas) y por tanto sometidas a todas las reglas de la construcción social y en muchas ocasiones (demasiadas para ser verdad), los mapas no han sido sino uno más de la larga lista de instrumentos de dominación utilizados a lo largo de la historia. La veracidad de los mapas como condición propia de estos, es sólo una pretensión.

De forma que las nuevas tecnologías de la información y en especial la Neogeografía, se enfrentan a los mismos problemas que todos aquellos que han creado mapas alguna vez,  ahora los receptores y los creadores de estos, escapan al ámbito de la academia, pero eso no pude ser visto como una amenaza al rol y a la relevancia de los mapas en nuestra sociedad, sino como una oportunidad.