Paseando por el Central Park al ritmo de la música

Una buena forma de volver a este blog que llevaba semanas prometiendo actualizar, es precisamente la relación que establecen las personas con su entorno urbano cotidiano y el uso que hacen de las nuevas tecnologías en este contexto. El pedestrismo y nuestra vinculación con la ciudad mediante el sencillo acto de caminar adquieren un nuevo protagonismo mediante el uso de dispositivos móviles.

Y nada mejor que volver a este blog con una aplicación creada para Iphone llamada  Central Park (Listen to the Light), y que permite escuchar diferentes temas y estilo de música mientras se circula por el emblemático parque de la ciudad de Nueva York. La propuesta creada por el dúo de música electrónica Blue Brain y el programador informático Bradley Feldman, se modifica a medida que uno recorre el parque tanto en temática musical como en volumen (existen casi 400 canciones) . Se trata de un ejercicio de pedestrismo musical, ya que el software está organizado cartográficamente, de forma que la programación musical cambia según el espacio.

El camino que elijamos determina lo que oímos gracias a lo que los compositores denominan un “disco consciente de la localización”. “Es como un álbum de ‘elige tu propia aventura”, comenta Ryan Holladay, que, junto a su hermano Hays, forma este dúo de electro-pop.

Una nueva forma de conocer la ciudad, en este caso un parque, de grandes dimensiones (recordemos que el Central Park  es dos veces más grande que Mónaco y que recibe cerca de 25 millones de visitantes al año) mediante una vieja práctica: el paseo, ahora el  el Ipaseo.

Por cierto, el post original viene del diario El Pais de su sección de Tecnología y se titula Central Park, a ritmo de aplicación para iPhone.

La ciudad social, la ciudad digital

Michael de Lange (de The Mobile City), en Social Cities: How to Engage Citizens With Digital Media realiza una nueva reflexión en torno a la relación entre las nuevas tecnologías y la ciudad. El autor intenta responder a cómo las nuevas tecnologías pueden contribuir a generar una mejor relación entre las personas y su entorno.

De Lange se pregunta por ejemplo si los medios móviles tan útiles y versátiles en la vida cotidiana, también pueden ser útiles para mejorar la relación entre los ciudadanos y su ciudad. Pero una ciudad es un todo y a la vez suma de muchas partes, donde lo global se mezcla activamente con lo local (y lo hiperlocal), por lo que las soluciones no siempre son fáciles de implementar:

Some collective issues have a global span, like social equity, environmental sustainability, and water, food, and energy provisioning. Others, like shrinking cities, aging populations, or empty buildings, are locally specific. Many cities also face issues like the perceived loss of publicness, safety, social cohesion, and the gap between citizens and government. Typically, complex urban issues like these are not exclusively ‘owned’ by a single party. They are commons issues that involve multiple stakeholders who often have incompatible interests, and therefore they need collective forms of governance.

De Lange menciona varios proyectos (se trata de ciudades europeas) que funcionan en el escenario descrito como es el caso de Buurtvergelijker, (en la imagen) que permite comparar información proveniente de diversos barrios o Fix My Street, que ya hemos comentado en este blog, y que permite que los ciudadanos reporten problemas vinculados a las infraestructuras y servicios de la ciudad. La presencia de la cartografía en este tipo de plataformas es indiscutible y no sólo por su valor de herramienta, sino también por su fuerza simbólica en la organización del espacio local.

En los proyectos mencionados se puede reconocer cómo se modifica la  forma tradicional de participar en la construcción de la ciudad por parte de los ciudadanos, que ya no es vertical. Las redes digitales  como señala De Lange permiten participar en la creación de una ciudad heterogénea y no compartimentada que privilegia una ciudad polifónica por sobre una ciudad creada a partir de comunidades organizadas en estilos de vidas comunes.

If we truly want engaging cities, it is urgent we start exploring how we can make our cities more social rather than more high-tech.

El desigual mundo físico-digital

Mark Graham investigador de la Universidad de Oxford, a quien ya hemos citado en varias ocasiones en este blog y quién junto al investigador Andrew Zook ha desarrollado el concepto de Digiplace , escribe en el blog Poverty Matters de The Guardian, el artículo, In a networked world, why is the geography of knowledge still uneven?

En este post Graham, utiliza la Carta Pisana (fotografía), un mapa de navegación del siglo XIII, para recordar que la transmisión del conocimiento requiere del movimiento y circulación de las personas (y de los bienes y servicios también) y también de medios de comunicación y por lo tanto de una relación con medios e infraestructuras físicas (lo mismo sucede hoy con blogs, fotografías y videos). En la carta Pisana, prácticamente no existe información acerca de los territorios situados más allá de los límites de Europa. Y esta constante de producción del conocimiento (libros, periódicos, etc) se mantiene hasta finales del siglo XX con una preeminencia visible del norte sobre el sur.

En la era digital, se produce un cambio notable sobre todo en el nivel del acceso, si bien existe una gran parte del mundo desconectado aún de la red. Y a pesar de este cambio, la constante de la relevancia del norte sobre el sur se mantiene fuertemente.

On Flickr, countries in the north are covered by much thicker clouds of information. Google’s databases contain more indexed user-generated content about the Tokyo metropolitan region than the entire continent of Africa. While on Wikipedia, there is more written about Germany than South America and Africa combined. In other words, there are massive inequalities that cannot simply be explained by uneven internet penetration rates. A range of other physical, social, political and economic barriers reinforce the digital divide, amplifying the informational power of the already powerful and visible.

La persistencia de estos datos como señala Graham, no puede ser explicada y/o contextualizada sólo a partir del aumento del nivel de acceso. En este escenario, Graham señala la necesidad por parte de las comunidades de decidir la creación de contenido y posteriormente la realización de planes específicos, es decir una estrategia.

Y esta  estrategia se inicia en las personas y no en el acceso.

Las oficinas postales y la expansión hacia el Oeste en USA

En esta Nochebuena este inmigrante digital junto con desearle a todo el mundo la mayor de las felicidades, vuelve también a este blog que por muchos motivos fue dejado en stand-by hace un par de meses y como era de esperar, vuelve con un  post de mapas.

Y navegando nuevamente me encontré con el blog de Derek Watkins en el que se realiza un notable ejercicio de visualización respecto a la expansión de los Estados Unidos de Norteamérica a través de las oficinas postales de este país. Este ejercicio cartográfico se extiende desde 1700 a 1900.

Como señala el autor, que se define como no historiador, existen diversos elementos visibles en el mapa que se desarrollan durante dos siglos de expansión hacia el oeste y la relación de esta expansión con las oficinas postales.

En esta propuesta cartográfica se puede reconocer  un paralelismo con los trabajos de la investigadora catalana Amparo Moreno Sardà, quien ha desarrollado una actividad investigadora en la que las redes y medios de transporte y comunicación son considerados determinantes en el desarrollo de las localidades en las que viven las personas.  Desde este enfoque los medios y redes de transporte y comunicación a la vez que extienden una red que cubre el mundo, generan a su vez cambios en las relaciones sociales que las personas mantienen al interior de sus localidades.

Y los mapas posibilitan y hoy más que nunca visibilizar estos cambios que permiten comprender cómo los medios no pueden considerarse escindidos de la vida de las mujeres y hombres (y no me refiero como audiencia) y además y lo que es más importante, con una gran dependencia de la espacialidad, tal como lo muestra el mapa de Watkins.

Un abrazo y Feliz Noche Buena.

Los vinos de Francia y el metro de Londres

Los mapas son tan cotidianos que tendemos a pensar que el mapa es un reflejo o representación inequívoca del territorio. Por ejemplo, los mapas de las redes de ferrocarril metropolitano de cualquier país, no son sino una simplificación y selección de información (para cumplir sus objetivos), al igual que cualquier mapa, pero sin ellos no podríamos situarnos en una red de metro desconocida. Y esta simplificación de elementos de organización espacial, también es aplicable a otros escenarios, lo que permite observar la versatilidad de estos.

El mapa del metro de Londres es probablemente uno de los mapas de metro más célebres del mundo. Si bien, el mapa actual es el resultado de muchas modificaciones, se encuentra basado en los primeros  diseños de Harry Beck, en el año 1931. Pero lo curioso de este mapa es que también puede inspirar un mapa de vinos de Francia como recientemente he descubierto. Y no sólo es curioso por el origen de la  idea, sino también efectivo, de hecho me he formado en pocos minutos, una visión acerca de los vinos de Francia y su ubicación.

En el mapa, creado por David Gissen, se distinguen por sobre otras figuras, las principales zonas productoras de los vinos franceses como por ejemplo Bordeaux o Champagne. Y la ubicación no es un tema menor tratándose de los vinos de cualquier país productor, ya que probablemente la ubicación geográfica, lo es todo y en Francia más, ya que las clásicas denominaciones de los vinos franceses tienen directa relación con sus lugares de origen. A partir de las zonas productoras se organizan otras unidades como ciudades, topografía, arquitectura  y por supuesto, las denominaciones de los vinos.

La estructura de línea y nodos, habitual en el contexto de los mapas de transportes, también es útil en este contexto ya que visualiza los lugares de cultivo y producción como una continuidad, creando regiones uniformes que atraviesan el territorio y lo organizan (donde la distinción cromática es fundamental sobre un mapa de Francia de tonalidad gris). En este sentido, el resto de las unidades, incluso las representaciones de edificios emblemáticos, permanecen subordinadas a las zonas descritas y sus nodos.

 Salud!

History to Herstory

 

Las mujeres lamentablemente no han sido ni son protagonistas de la Historia, la historia ha sido escrita por los hombres y no hay que ser un erudito para saberlo, si hojeamos cualquier libro de Historia y buscamos las referencias a mujeres, veremos que casi no existen y además de seguro, el libro se llama Historia del Hombre y no Historia del Hombre y la Mujer. Y en muchos casos, las nuevas tecnologías, no han hecho sino reproducir este esquema, pero también hay casos que demuestran que algo está cambiando o puede cambiar.

Y nuevamente me enteré a través de The Guardian que además no visitaba  hace unas semanas (lamentablemente) del lanzamiento de History to Herstory (relanzamiento porque la web funcionaba desde 2003), web en la que se puede acceder a más de 80 mil documentos relativos a las mujeres de Yorkshire.

This includes such well-known stars of the county as the Bronte sisters and Amy Johnson but also thousands who currently have no memorial but lead fascinating and illuminating lives.

La web no solamente tiene una apariencia muy atractiva,  sino que también se encuentra organizada me parece muy favorablemente, ya que se trata de una gran cantidad de material, de hecho la organización básica se organiza a partir de dos ejese: Key Themes y Learning Resources. También el menú provee de una herramienta de búsqueda de catálogo y de un blog. Se trata de un trabajo formidable, detrás del cual están instituciones de gran prestigio como son la JISC y el West Yorkshire Archive.

Y navegando por este sitio se puede descubrir lo que a mi juicio es su gran virtud: la amigable disposición y presentación de la documentación y este no es un tema menor de ninguna forma. Demasiado frecuentemente, vemos cómo los sitios web de proyectos culturales se restringen a colecciones interminables de archivos pdf (interminables también) y algún archivo visual. Este no es el caso, ya que el material del sitio está dispuesto de tal forma que permite que nos acerquemos realmente a esas mujeres como protagonistas de su vida y también de la historia, como lo fue Marion Booth protagonista de la imagen que cierra este post.

Map your mind in Utrecht

He mencionado en varias ocasiones La Imagen de la Ciudad De Kevin Lynch (1960), un libro que me parece imprescindible para comprender la ciudad donde lo digital y lo físico conviven y se renuevan cotidianamente, porque al igual que la geografía, la ciudad no ha muerto, sino que está más viva que nunca.

En el libro mencionado, el urbanista del MIT, exponía los resultados de una investigación aplicada en las ciudades de Boston, Jersey City y Los Ángeles.  Lynch concluyó que existen cinco elementos comunes que los habitantes organizan en su imagen mental de la ciudad: sendas, bordes o límites, barrios, nodos o nudos y mojones o hitos. Y una gran similitud con la investigación de Lynch (del cual, este proyecto se reconoce deudor), tiene Map your Mind, una iniciativa desarrollada en Holanda, en la ciudad de Utrecht.

Y en esta web podemos acceder a mapas realizados por personas que poseen vivencias asociadas con la ciudad, pero a diferencia de otras plataformas que hemos comentado aquí, se trata de mapas realizados a mano (se reconoce también la influencia del proyecto Handmaps, que recopila mapas hechos por las personas a mano). Algunos son muy sencillos y otros son muy atractivos visualmente hablando, como elde Hannet (aquí arriba), lamentablemente, el idioma me impide conocer más, salvo el mapa de Danniel (aquí abajo), que está en inglés. Pero todos nos recuerdan una vez más el rol de la memoria en la vida de las personas que corresponde al me sucedió y la espacialidad de esta, que corresponde al me sucedió aquí y aún más, la necesidad de compartirla que corresponde lógicamente al: les quiero contar lo que sucedió aquí.

Somos contadores de historias.

 

 

¿Y si empezamos el libro por el final?

Cuando leo algún libro o veo alguna película, no me molesta saber el final de antemano, de hecho en varias ocasiones me leo el final del libro derechamente, me pasó con el último de mi querido Inspector Wallander. Pero ocurre que no soy el único, como señala Jonah Lehrer en Spoilers Don’t Spoil Anything, más que interesante artículo que he leído en Wired.

El autor, quien tiene también la misma costumbre de leer el final, menciona una investigación realizada por Nicholas Christenfield y Jonathan Leavitt, de la University of California, San Diego, quienes realizaron un ejercicio muy particular con un grupo de estudiantes: con tres grupos con distintos niveles de spoiler a partir de 12 historias cortas, es decir, tres niveles de presencia de spoiler o de información relativa a lo que se va a leer, en este caso el final.

Some subjects read the story as is, without a spoiler. Some read the story with a spoiler carefully embedded in the actual text, as if Chekhov himself had given away the end. And some read the story with a spoiler disclaimer in the preface.

Como muestra la gráfica, la respuesta es sencilla, disfrutamos más (o sea que no soy el único) o por lo menos el grupo investigado, disfruta más cuando tiene información sobre el final.

Este dato, como señala el autor, nos permite visualizar varias cosas importantes, por ejemplo, que si lo pensamos bien, los géneros literarios (y tal vez los fílmicos) no son más que distintas formas de spoilers, o sea desde La Iliada y al Odisea uno sabe que el bueno vence al malo. Por lo que la relación de los spoilers y el espectador lector en la actualidad es algo nuevo como señala Lehrer,

In this age of information, we’ve become mildly obsessed with avoiding spoilers, staying away from social media lest we learn about the series finale of Lost or the surprising twist in the latest blockbuster. But this is a new habit. After all, mass culture consisted for thousands of years of stories that were incredibly predictable, from the Greek tragedy to the Shakespearean wedding to the Hollywood happy ending.

La investigación lleva a plantearse incluso los esfuerzos de los escritores y guionistas en crear giros y giros de argumentos cuando parece que no necesitamos tantos giros, ya que parece ser como también señala Lehrer, que nuestra cabeza  funciona como una máquina de predicción. El goce estaría en descubrir cómo llegamos al final que ya conocemos.

Christenfeld and Leavitt even speculate the knowing the ending might increase the narrative tension: “Knowing the ending of Oedipus may heighten the pleasurable tension of the disparity in knowledge between the omniscient reader and the character marching to his doom.”

Finalmente  habría que revisar tal vez los argumentos referentes a este tema, y no sólo en nuestra vida personal (el rol social de las sorpresas es casi histórico) sino también en la narrativa como herramienta de comunicación y enseñanza donde habitualmente el desarrollo de la historia siempre relega al final, para el final.

¿Y si comenzamos por el final?

The Connected States of America

 

Cómo ya vengo hablando o blogueando mejor dicho, uno de los temas de este blog es la cartografía y los mapas entendidos sobre todo como una invención moderna, vinculadas a la aparición de los estados en la línea planteada por Denis Wood. Esta afirmación, no implica la existencia por sí sola de límites inamovibles, de contenedores en los que las personas desarrollan sus vidas aisladas del resto del mundo, por el contrario, los seres humanos hemos vivido interrelacionados a lo largo y ancho del Globo Terráqueo desde antes de la existencia de las mismas civilizaciones. Las fronteras son en sí mismas porosas, flexibles y permeables, como bien dice Doreen Massey cuando refiere al concepto de Progressive Sense of Place.

Por lo que la cartografía digital y sus múltiples expresiones, no hacen sino visualizar, un escenario en el que el ser humano se desenvuelve cotidianamente, lo que no lo hace menos sorprendente. En esta línea, el Senseable Lab, una vez más realiza un ejercicio sorprendente con The Connected States of America, es decir un mapa de las interacciones de teléfonos móviles en  los Estados Unidos de Norteamérica. Hace algunos años, el Senseable Lab desarrolló WikiCity, proyecto de investigación urbana que buscaba crear un escenario colaborativo de mejor uso de infraestructuras utilizando los datos provenientes de los transportes o los usuarios de estos, mediante los teléfonos móviles. En estos ejercicios del Senseable Lab, se puede reconocer la idea del citizen sensor.

The Connected States of America permite ver un país interconectado, dentro de una  misma demarcación estatal y de este a oeste también (los arcos muestran interconexiones fuera del ámbito estatal y las líneas verticales en el mismo estado). De esta forma, parece casi un nuevo país, en el que por ejemplo se crean nuevos escenarios”, como Chattanooga (Tennessee), que se comunica más frecuentemente con Georgia-Alabama que con el resto de Tennessee o el mismo Georgia-Alabama que aparece como un nuevo “estado interconectado”.  Pero también otros estados que se interconectan con mayor frecuencia consigo mismos, como es el caso de Texas.

Estas interconexiones no se generan en el aire porque sí,  sino que responden a un sinnúmero de elementos que nos recuerdan una vez más la relevancia de las infraestructuras físicas  (en muchos casos estatales, locales o nacionales) ya que la telefonía móvil la necesita y eso responde a muchos factores e intereses políticos y económicos de por medio. Por otro lado, también es cierto que la movilidad interestatal de los Estados Unidos de Norteamérica es algo a tener en cuenta, así como la red de carreteras, las empresas y las ofertas de trabajo y por lo tanto también, las universidades, los colegios y seguir.

O sea, como para repensar nuevamente, sobre la idea de estado y frontera porqué no y para leer y releer una vez más a Stephen Graham.

Red Bull le da alas al arte urbano con Google Maps

En varias ocasiones he comentado en este blog, en torno a la aplicación de nuevas tecnologías en los museos y en general en torno a la gestión de contenidos ligados a este tipo de instituciones. De la misma forma, la calle, como infraestructura, como soporte e incluso como metáfora, es casi por regla general tema cotidiano en los posts. Y la calle también puede ser un museo, ya que son numerosísimas las intervenciones en las infraestructuras públicas cuyo objetivo es permanecer por breve que sea el tiempo: un grafiti, un poster, un código QR, etc.

Estas propuestas artísticas también son anotaciones espaciales, en el sentido de que son marcas realizadas en el espacio con un propósito: crear un significado con un contexto espacial. Es decir, un grafiti siempre esté en un lugar, lo mismo que un monumento o una guía del metro en las afueras de la estación. De esta forma, las anotaciones espaciales contribuyen a modificar y re-crear las trayectorias de los habitantes, visitantes, paseantes. Y en este contexto no me canso de recomendar la lectura de la tesis del alumno del MIT, Rajesh Kottamasu, titulada Placelogging.

De forma que la Red Bull Street Art View es una especie de Museo de Arte Urbano alrededor del mundo. Se trata una vez más de un mashup de Google Maps, de forma que encontramos las herramientas habituales de esta plataforma como es la capacidad de desplazamiento y el zoom, si bien no veo la utilidad de cambio de layer, si bien puede que se trate de un problema de resolución de la pantalla.

El acceso por defecto es al mapa del mundo donde se pueden reconocer los lugares donde están registradas las intervenciones, por número de agrupación.  Incluso existe una especie de menú, en el que se es posible seleccionar un autor determinado y realizar una búsqueda, así como conocer las últimas anotaciones. He realizado una búsqueda por Nueva York, donde he clicado en un par de íconos (las nubecillas clásicas de Google).

Al tratarse de un mashup hecho a partir de Street View, las fotografías tal vez no posean toda la nitidez, pero se agradece ver fotos en su contexto urbano y pedestre. Igualmente, cada imagen posee una especie de ficha de identificación en la que se especifica el autor y la ubicación, así como el tipo de intervención. Y para crear una especie de narrativa urbana hiperlinkeada también existe la opción de embeber la imagen y de compartirla por facebook y twitter.

Finalmente, y no es un tema menor, pero la página tiene un link para retornar a la página anterior, pero no a la inicial, sino a la de búsqueda, y digo que no es un tema menor, ya que en muchas ocasiones los sitios con mapas digitales de este tipo carecen de criterios de usabilidad adecuados, pero este no es el caso.

Red Bull tiene alas también con Google Maps